jueves, 4 de agosto de 2011

La versión que no conocemos.

En las calles del pueblo Jasny, entre un montón de papeles, había un soldadito con una bailarina de porcelana. Un día como otro cualquiera, un grupo de niños los encontró. Al pasar por la panadería vieron a un niño y le preguntaron si quería quedarse con el soldadito y con la bailarina. El niño no protestó y aceptó la entrega. Al irse a casa, el niño empezó a jugar con el soldadito y dejó a la bailarina en la repisa. Su hermano pequeño lleno de envidia tiró a la bailarina por el retrete. Cuándo se enteró, el soldadito, quiso rescatarla y en cuanto se fue el niño, empezó su misión.
Se precipitó por una alcantarilla y allí la encontró. La bailarina estaba llorando debajo de la rejilla.
El soldadito se acercó pero el agua los arrastró hasta el mar. Nadaron y nadaron hasta llegar a la costa. Un pescador los encontró quietos y sin conocimiento. El pescador se extrañó al verlos, parecían idénticos a los de su hijo. Así que decidió llevárselos a su casa.
El niño al verlos, lloró de alegría. Su padre construyó una casita de madera para ellos.
El soldadito y la bailarina se enamoraron perdidamente. Al cabo del tiempo tuvieron a un soldadito de porcelana al que le faltaba una pierna, pero eso ya es otra historia.

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